lunes, 25 de junio de 2007

La Dama Blanca (4º parte - final)

El largo paseo estaba resultando muy tranquilo y Takeshi empezaba a arrepentirse de haber cogido su katana. “Eres un viejo loco” se repetía una y otra vez mientras movía la cabeza y sonreía.

Fue al pasar por una pequeña loma cuando lo escuchó por primera vez y aunque al principio creyó que era el viento arrancando quejidos a los abetos al prestar atención percibió el lejano grito de una mujer y supo que algo malo pasaba.

El viejo samurai apretó el paso y se dejó guiar por los gritos hasta llegar a un claro donde descubrió a tres hombres de gran estatura y poblada barba que intentaban abusar de una jovencita. “Estos canallas deben ser esos que llaman portugueses” pensó el viejo samurai al que semanas atrás un comerciante le había contado que el Daimio estaba negociando con unos extranjeros la compra de unas sorprendentes y mágicas armas que rugían como el trueno.

Takeshi desenvainó la espada y corrió hacia los portugueses que pese a oírlo llegar apenas tuvieron tiempo de reaccionar y fueron abatidos con sencillos pero eficaces tajos. Fue entonces, al ver el kimono rasgado y el pequeño y frágil pecho cuando se dio cuenta de que la victima no era una jovencita sino una niña que apenas alcanzaba los 13 años.

- Malnacidos – Exclamó el samurai mientras con un amoroso y casto gesto recogía el kimono de la niña y usaba el cordón de su casaca para evitar que este se abriese exponiendo de nuevo su desnudez.

Takeshi sentó a la niña en una roca cercana y le preguntó si estaba bien. La niña asintió pero tras pasar la mano por su cintura varias veces en busca de algo que no consiguió encontrar empezó a llorar y dijo - He perdido la flauta que me regaló mi hermana –

- Yo la buscaré pero no te muevas de aquí – Dijo el samurai y empezó a inspeccionar la zona alejándose cada vez más de la niña pero volviendo la vista con frecuencia para comprobar que seguía sana y salva.

Encontró la flauta detrás de unas matas junto al cuerpo de otra joven que yacía sin vida tendida boca abajo. “No. No puede ser ella” se dijo Takeshi al comprobar que tanto la pequeña flauta de madera como el Kimono con flores de cerezo eran idénticos a los que llevaba la joven ciega que le había entregado el amuleto hacía ya más de doce años.

Con pulso tembloroso giró el cuerpo y vio que se trataba de ella y que estaba exactamente igual que cuando la vio por primera vez. Un mar de dudas y temores le asaltaban pero había cosas importantes de las que ocuparse. Tenia que llevar a la niña con los suyos y debían regresar al lugar con prontitud para procurar un digno descanso a la fallecida antes de que anocheciese de modo que regresó con la niña.

- No te lo quites y te protegerá - Dijo el viejo samurai colgando el amuleto en el cuello de la niña y tras preguntarle donde vivía la llevó con los suyos.

Esa noche Takeshi apenas durmió y nada más despuntar el día salió a contemplar el amanecer mientras pensaba en todo lo que había sucedido. Fue entonces, nada mas salir al porche, cuando escuchó el sonido de un trueno y sintió un dolor agudo en el pecho. Su casaca tenia un pequeño orificio y sentía la tibia sangre llenando su pecho y sin entender que había pasado se desplomó sin vida sobre la fina tarima.

-Y esto por mis compañeros – Dijo el rudo portugués que acaba de dispararle con un mosquetón y tras dar una gran patada en la cara del samurai escupió sobre él.

Las flores de cerezo caían cadenciosas mientras Akiko se acercaba a su marido. – Por fin has llegado Takeshi – Dijo ella y se acurrucó en sus fuertes brazos haciendo que tras muchos años el gastado guerreo volviese a sentir la dicha de ser verdaderamente feliz.

© Coronel Nathan Kurtz (JFM - 2007)
Probhibida la reproducción de este relato

TÉRMINOS Y NOMBRES JAPONESES.

Akane = Niña enojada
Akiko = Niña de otoño
Daimio = Señor feudal
Jimboari = Casaca que se coloca sobre la armadura
Junko = Niña pura
Kami = Dios
Katana = Sable samurai
Kenji = Sano
Koku = Medida de riqueza /paga
Seiza = Posición arrodillada
Sôhei = Monje guerrero
Suzume = Gorrión
Tachi = Sable samurai
Takeshi = Hombre Fuerte
Ume = Ciruelo
wakizash = Sable corto
Yari = Lanza (no arrojadiza

1 comentario:

butherfly dijo...

Me has dejado una gran pena... esperaba un final si no feliz, pero con mejor término para la dama blanca, ya que para el samurai no podía haber uno mejor ¿¿¿era necesaria la muerte de la jóven???... sigue siendo un buen relato, y hermoso a la vez...
Besucos siempre