sábado, 5 de abril de 2008

El nacimieto de japón

La cultura japonesa, como la de casi todos los países, está plagada de complejas historias de poderosos dioses y da, en forma de mito o leyenda, una explicación concreta a su nacimiento como pueblo.

El relato de la formación del archipiélago japonés es un pasaje de gran belleza estética pero como toda buena leyenda también contiene importantes dosis de violencia y drama. La especial crudeza nipona hace que algunos de estos pasajes violentos resulten incluso desagradables y aunque hay mucha gente que prefiere obviar estas estampas no seré yo quien lo haga. Por ello, y auque es inevitable hacer un resumen de la compleja génesis japonesa dejaré tanto el lirismo como la brutalidad.

Ahora respirar hondo y leer con mucha atención tanto el texto de la narración como las anotaciones que figuran a pie de página, en este caso a pié de web ;)



IZUNAGI E IZUNAMI


En el albor de los tiempos el cielo y la tierra estaban mezclados y no había diferencia entre ellos. Formaban ambas materias una única entidad y solo cuando estos dos elementos se separaron aparecieron los dioses.

Tres de ellos se crearon a sí mismos y vivieron escondidos en el cielo. Dos más nacieron de una especie de junco gigante que surgió entre el cielo y la tierra y poco más tarde lo hicieron otros siete nuevos dioses.

Los nombres de esos primigenios dioses han caído en el olvido pero no los de Izunagi e Izanami dos de los últimos en nacer ya que estos recibieron el encargo de crear una nueva tierra. Para lograrlo Izunagi hundió su lanza (1) en el mar interior y tras removerla con violencia la sacó y cuando las gotas que su acción produjo cayeron de nuevo sobre el agua surgió Onokoro (2).





Izunagi e Izanami creando Onokoro


La nueva tierra era muy hermosa y la pareja de dioses que la había creado decidió bajar del cielo y habitar en ella. La lanza de Izunagi sirvió como puente entre el cielo y la tierra y tras descender por ella se asentaron en la isla donde llevaron una vida contemplativa.

Observando unos pajarillos Izunagi e Izanami fueron conscientes de sus diferencias y decidieron unirse para alumbrar nuevas islas y diosos y para ello creando un ritual de matrimonio. Rodearon el puente celestial en direcciones opuestas y cuando se encontraron de nuevo Izanami exclamó “Que encantador. Que suerte he tenido al encontrar un ser tan atractivo” y acto seguido hicieron el amor.

De su unión no nació una nueva isla sino un monstruoso niño sanguijuela al que horrorizados arrojaron al mar. La pareja no entendía que había pasado de modo que consultaron al resto de dioses que le dijeron que el ritual de matrimonio había fallado porque la mujer había sido la primera en hablar y esta acción era privilegio de Izunagui, el varón (3).

Repitieron el ritual hablando Izunagi primero y todo salió bien y de su unión surgieron nuevas islas y nuevos dioses como el dios del viento, el de los árboles y el de los ríos. El último en nacer fue el dios del fuego ya que su alumbramiento le costó la vida a Izanami que murió por culpa de las graves quemaduras genitales que sufrió. Mientras moría más dioses nacieron de la sangre, el vomito, la orina y los excrementos de la diosa mientras su marido, lleno de ira, decapitaba al recién nacido de cuya sangre surgieron nuevas deidades.

Izunagi viajó a Yomi, el reino de los muertos, para tratar de liberar el espíritu de su amada pero esta ya había realizado su primera comida allí y eso hacía imposible que la recuperase. Izanami no aceptaba su destino y trató de pactar su regreso al mundo con el resto de dioses pero mientras lo hacía Izunagi descubrió el cuerpo putrefacto de su esposa medio devorado por los gusanos y huyo horrorizado del lugar.

Cuando Izanami supo que su marido había dejado el lugar mandó a las brujas de Yomi para darle muerte y cuando este consiguió burlarlas fue ella misma la que trató de salir en su búsqueda. Izunagi no se lo permitió y coloco una gran roca en la salida de Yomi y la pareja se vio obligada a charlar. Fruto de una dura negociación en la que se jugó con la vida de los súbditos humanos (4) que habitaban ya las nuevas islas se llegó a un pacto que disolvió el matrimonio.

Sin la compañía de su amada izunagi no deseaba vivir en la tierra y decidió regresar al cielo pero antes de hacerlo repartió su reino entre sus hijos. A Amaterasu (literalmente Diosa de la luz) le dio el gobierno del cielo a Tsuki-yomi el de la noche y a Ame-No-Moto, también conocido como Susanoo, el de los mares.

Susanoo prefería la compañía de su madre y rechazó el encargo de su padre que furioso lo desterró.



SUSANOO Y AMATERASU


Susanoo era un ser pérfido y envidioso que no odiaba la belleza y el poder que atesoraba su hermana Amaterasu y decidió acabar con ella. Se citó con ella y aunque Amaterasu no se fiaba de su hermnano y acudió al encuentro armada con su arco y sus flechas Susanoo se comportó dulcemente y le hizo creer que la amaba.





Ame-No-Moto (también llamado Susanoo)dios de los mares


Amaterasu pidió a su hermano que le entregase su espada y la rompió en tres trozos y de cada una de las tres exhalaciones surgió un nuevo dios. Susanoo por su parte pidió a su hermana cinco collares que masticó engendrando otros tantos dioses.

Susanoo reclamó la custodia de los hijos pero Amaterasu se la negó ya que estos habían nacido de su propio aliento y sus collares. Su hermano enfurecido violó el festival dela cosecha, taponando los regadíos, derramando el arroz almacenado y defecando en el templo.

No contento con estropear los festejos Susanoo mató el ciervo más querido de su hermana y tras degollarlo lo arrojó a los pies de su hermana mientras esta y sus ayudantes bordaban (5). Amaterasu quedó tan horrorizada que huyo y se escondió en una profunda cueva que tapó con una gran piedra que solo ella podía desplazar.

Sin su gobierno sobre la luz el mundo se sumió en el caos y el resto de deidades, reunidas en consejo (6), trazaron un plan para hacerla salir de su escondite. Amaterasu era firme en sus decisiones y sabían que solo la curiosidad y los celos podrían hacerla salir y por eso decidieron montar una fiesta junto a la entrada de su econdite.

Cantaron alzando sus voces y tocaron música a gran volumen persuadiendo a la hermosa Amo-No-Uzume, diosa del alba, para que bailase. La diosa bailó animada y se dejó llevar de tal modo que ante el aplauso de todos terminó despojándose de la ropa.

Alertada por el estruendo Amaterasu corrió un poco la piedra para ver que sucedía y al contemplar como Amo-No-Uzume le robaba su puesto de “diosa más hermosa” decidió asomarse un poco más. Nada más hacerlo el dios Tajikawa la cogió del brazo y la apresó pero no usó con ella violencia alguna. Le entregaron un espejo mágico para que comprobase que ella seguía siendo la más hermosa y cuando su espíritu recobró la alegría la convencieron para que volviese a dar su luz al mundo.





Amaterasu saliendo de su cueva


Hecho esto los dioses del consejo apresaron a Susanoo y tras cortarle la barba y el bigote le arrancaron las uñas de las manos y de los pies y lo desterraron para siempre del cielo. Fue entonces cuando se convirtió en dios de los mares y cuando mató con su espada y de un solo tajo a un dragón de ocho cabezas.

El espejo se convirtió en un símbolo de poder que Amaterasu entregó junto con una joya y la espada con que Susanoo mató al dragón a Jinmutenno, uno de sus nietos. Este se convirtió así en el primer mikado, el primer emperador de nombre conocido, y de él, y sin interrupción alguna, descienden, en un camino que ya ha recorrido 2.600 años, todos los emperadores del país del sol naciente.



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(1) Existen otras versiones en las que Izunagui saca Onokoro del fondo del mar usando una red de pesca. Algunas hablan de espada o de jabalina en lugar de lanza e incluso que afirman que por cada gota surgió una isla pero la que he relatado aquí es la que estimo más acertada.

(2) Japón tiene en la actualidad cerca de 3.000 islas, muchas de ellas deshabitadas, pero cuatro de ellas; Honshū, Hokkaidō, Kyūshū y Shikoku suman el 97% de la superficie total del país.

(3) Suena muy machista lo sé pero es lo que hay.

(4) Enfurecida Izanami amenazo con matar cada día a mil súbditos de su marido y este como respuesta prometió crear mil quinientos con cada nuevo amanecer. Al final se acordó igualar las cifras y eso hizo que le población quedase estable de por vida.

(5) En algunas versiones se dice que lo que hizo Susanoo fue arrojar desde el tejado un caballo degollado y que eso hizo que una de las ayudantes se pinchase y muriese y que la diosa huyese.

(6) El consejo lo formaban más de 800 deidades de las que apenas conocemos un puñado de nombres propios, los citados aquí y algunos más que no viene al caso mencionar pero que aparecerán, dios mediante, en otros relatos mitológicos que tengo pensado recoger

© Coronel Nathan Kurtz (JFM - 2008)
Probhibida la reproducción de este artículo

7 comentarios:

Anónimo dijo...

"Observando unos pajarillos Izunagi e Izanami fueron conscientes de sus diferencias y decidieron unirse para alumbrar nuevas islas y diosos y para ello creando un ritual de matrimonio."

- Qué cosas se les ocurren... a caso vieron casarse a lso pajarillos? nooo!!! entonces??? ainsss... xD

"Rodearon el puente celestial en direcciones opuestas y cuando se encontraron de nuevo Izanami exclamó “Que encantador. Que suerte he tenido al encontrar un ser tan atractivo” y acto seguido hicieron el amor."

- xDDD asi sin mas, mira q mono! hala xa mi! xD

"De su unión no nació una nueva isla sino un monstruoso niño sanguijuela al que horrorizados arrojaron al mar."

- o_O xDDDDDD si ya decia yo q los niños no podian ser buenos... xo tanto como xa eso........ ahora me recuerda a cosas reales q aun pasan hoy en dia, xo estaba yo muy happy... sigo leyendo ^^ (y si, lo siguiente es muy machista :P xD)

Y q conste q me encantan estos temas, y q cuando leí q ibas a hablar de mitologia me vine corriendo, aunq algunas cosas me hagan gracia, vale? ^_^

"Repitieron el ritual hablando Izunagi primero y todo salió bien y de su unión surgieron nuevas islas y nuevos dioses como el dios del viento, el de los árboles y el de los ríos. El último en nacer fue el dios del fuego ya que su alumbramiento le costó la vida a Izanami que murió por culpa de las graves quemaduras genitales que sufrió. Mientras moría más dioses nacieron de la sangre, el vomito, la orina y los excrementos de la diosa mientras su marido, lleno de ira, decapitaba al recién nacido de cuya sangre surgieron nuevas deidades."

- Qué gore!! xD

"Izunagi descubrió el cuerpo putrefacto de su esposa medio devorado por los gusanos y huyo horrorizado del lugar"

- Tanto cuento y mira q impresionable es... :P

La parte del divorcio mola xD

Pero el último protagonista q guerra daba, no? :P y mikado no son los palitos de chocolate? es como las galletas de príncipe ^^

Indigo dijo...

mitología!!! genial ^_^

ALEX dijo...

Me enamoré de los Japoneses y su cultura hace unos cuantos años. Mi padre hizo entonces de Cicerone (siempre escogía mis lecturas), y me pasé todas mis vacaciones de treceañera pegada a Shogun. Gracias.

Anónimo dijo...

Hola!
Me gusto mucho tu blog, no lo he leido todo ( pero lo hare) es bastante interesante, pero es de esos blogs que se necesita leer con calma, analizar cada fragmento y sobre todo disfrutar la narracion de cada Post.

Muchas felicidades!

Sirena Varada dijo...

Hola Nathan;
El sábado me marcho de viaje a Japón, país por el que siento auténtica fascinación, y el azar ha querido que estas noche conociera tu blog.

Quiero que sepas que me ha parecido interesantísimo y de lo más ameno.

Un saludo muy cordial.

Caballero dijo...

hola me gusto mucho tu relato, puedo copiarlo y ponerlo en mi hi5?, ojala no te enojes, de ser asi lo quitare.
Gracias
es http://caballero0711.hi5.com

agustinortegaBragado dijo...

Enhorabuena por tu blog.
Soy artista y realizo gigante. Estoy recabando información para realizar un gigante samurai de más de tres metros.
http://laxamba.blogspot.com